martes, 24 de junio de 2008

PRESENTACION


En una obra de ficción literaria, quien la crea expresa sus ideas y emociones mostrando una realidad en apariencia inexistente. Sin embargo, si es una obra de calidad, quienes tomamos contacto con ella no sólo la hallamos real y factible, sino que sentimos que en sus páginas se nos habla de nosotros mismos, de nuestras pasiones y deseos, de nuestros amores y repulsiones. La palabra, en ese trance, potencia sus habituales facultades comunicativas y se convierte finalmente en un medio sanador: nos abre a la diversidad de la experiencia humana, nos hace reconocernos en los otros y logra reconciliar eso que somos con aquello que quisiéramos o debiéramos ser.
Desaparecida, el singular proyecto artístico emprendido por Cecilia Podestá, busca cumplir con esa doble función —expresiva y sanadora— que puede adquirir la ficción literaria. En efecto, a través de este libro de intervención, su autora, tratando de prescindir de las señas particulares de nuestro entorno, se manifiesta sobre un tema doloroso y desgraciadamente actual y recurrente en las naciones de todo el mundo: las desapariciones de personas bajo regímenes dictatoriales o en manos de gobiernos electos que no merecen llevar el nombre de democráticos. Y la forma en que lo hace —a través de la escritura del imaginario diario de una poeta secuestrada, que es en el fondo el retrato emocional de todo aquel que padece un injusto encierro— nos acerca de una manera distinta y acaso más descarnada a una verdad que, pese a haber sido estudiada y denunciada en numerosas investigaciones y ensayos, no parece haber penetrado aún en la región más íntima de nuestras conciencias.
Este libro aspira también, como se ha dicho, a alcanzar una dimensión sanadora. No sólo porque su autora puede exorcizar a través de él el comprensible rechazo moral que le suscita el tema abordado, sino porque le permite ejercer, desde su condición de artista, el papel de una ciudadana alerta y comprometida con los problemas de la sociedad en que le ha tocado vivir. Y eso, a su vez, nos permite a los lectores recordar un hecho que es fundamental: que el tener conciencia de los atropellos sufridos por nuestros prójimos equivale a reconocer nuestra dignidad de ciudadanos y, por tanto, a asumir nuestros deberes como defensores activos de los derechos humanos y no como meros espectadores pasivos o resignados a las violaciones de éstos.
Bien sabemos que esta capacidad sanadora de la ficción literaria —esto es, de reconciliación con los otros y con nosotros mismos— no se realiza de una manera inmediata y masiva. Se opera, muy por el contrario, de un modo paulatino y en lo más profundo de nuestra sensibilidad individual. Esperamos por ello que este trabajo, que será presentado en diferentes países con el apoyo de otros medios expresivos, haga de su mensaje, a un tiempo interpelador y sublevante, un estímulo para una auténtica afirmación de nuestra conciencia humanitaria y ciudadana.




SALOMÓN LERNER FEBRES
EX PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE LA VERDAD Y RECONCILIACIÓN
DIRECTOR DEL IDEHPUCP

1 comentario:

Carlos César Valle dijo...

Hola Cecilia, mi nombre es Carlos César Valle y no tuve la oportunidad de conocerte en Perú, a pesar de que escuché a Alvaro Lasso hablar bastante de ti, y también a José Miguel Herbozo, ambos compañeros míos de facultad. Bueno, se me dió por chismear lo que los muchachos de mi "generación" están haciendo, y te encontré, y creo que este proyecto tuyo Desaparecida es interesante. Sucede que vivo en New York, y no tendré la oportunidad de visitar el museo, pero tal vez, y por eso te escribo, sea posible que postees todos los textos (cuántos poemas son?) y las fotos de las partes de museo que usas (tal vez lo uses todo, no sé) o tal vez podrías enviarmelos a mi correo, no sé, bueno, espero tu respuesta. Yo también estoy interesado en teatro, y realmente me encataría leer tus dos proyectos, especialmente porque somos casi de la misma edad, y el trabajo de los jóvenes (?) como yo me interesa mucho.
Gracias
mi email es carloscesitar@hotmail.com
carloscesitar@gmail.com
Un abrazo desde New York